Superando los aspectos de autoría o meramente formales y sin que por eso estos tengan no pocos intereses plásticos, el diseño se sitúa como un aglutinador de acciones y de colectivos. Nos situamos como esos del colaborativo que permite y facilita la participación y la comprensión que todos podemos tener y manifestar sobre unos y otros grupos de la sociedad, entre ellos la salud mental.